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Mostrando entradas de junio, 2010

Alma inquieta

Soy luz. Soy oscuridad. Soy el yin y soy el yang. Todos lo somos en realidad. Somos fuego y agua, somos aire y tierra, somos consciencia e inconsciencia, somos... somos cuerpo y alma. El ser humano como tal es una criatura dual. Sentimos lo que somos, y somos lo que sentimos, para bien o para mal, así es nuestra naturaleza. Incluso dentro de nuestra alma podemos llegar a una segunda división: el deseo (más vinculado a los instintos del cuerpo), el sentimiento (naturaleza más o menos intermedia), y la razón (más ligada a una existencia superior). ¿Cómo separar pues lo que es emoción, de lo que es deseo, o de lo que es razón?¿Cómo tomar una decisión cuando tienes que escuchar a tantas voces en tu interior? El deseo siempre hablará por tu cuerpo. Es lo carnal y lo apetitivo, lo que se nutre de la ambición, del poseer cosas para sentirse satisfecho. Pero lo cierto es que los deseos nunca están del todo satisfechos, cuando cumplas uno, siempre aparecerá otro después para suplirlo.