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Mostrando entradas de julio, 2012

Es sólo papel mojado...

Antes pensaba que las promesas eran para toda la vida.  Concebía los juramentos como algo que no se podía traicionar, que no se podía romper; que debías respetar hasta el día de tu muerte. Ahora soy más realista y menos idealista.  Mirar a mi alrededor me ha hecho darme cuenta de lo hipócritas que son aquellos que nos enseñan esas lecciones; de cómo todo el mundo resta importancia a esos compromisos, tomándolos por menos que nada. Las promesas quedan atrás. El pasado nunca ha ocurrido.  Y la lealtad no significa nada: es sólo papel mojado.

La más baja de las traiciones

Ella está destrozada. Tras tantos años sin tener certeza absoluta de como se sentía el otro respecto a ella, ahora comprende el por qué de sus dudas. El por qué de sus desmanes. El por qué le ignora y el por qué cuándo le habla es sólo para recriminarle las cosas que hace mal.  Sé que ella querría odiarle. Todo sería mucho más fácil así.  Pero no. Incluso ahora que conoce la bajeza a la que ha sido capaz de llegar y las traiciones que ha cometido; sigue queriéndole con la misma intensidad de siempre.  Y por ello sufre. Lo pasa mal. En su interior hay un un agujero negro: un vacío abismal que piensa que nunca podrá llenar. Y yo, testigo mudo de todo, me pregunto... ¿es  el amor  siempre tan tóxico?

La elección del muñeco

Tiran de ti igual que dos niños se pelean por un muñeco. Cada uno trata de llevarte a su terreno, convenciéndote de que es él quien lleva la razón; no el otro, que está equivocado. Tú tratas de mantenerte al margen: intentas por todos los medios que lo resuelvan entre ellos pero, uno y otro, te siguen poniendo en el medio. Todo lo que antes sabías cómo decir, ahora no te sirve: desconoces como responder a sus hostiles diatribas de amigo contra amigo. Lo único que se te ocurre para mantenerte a flote es ignorar lo que los dos te dicen. Hacer oídos sordos y no añadir nada que genere nuevas tensiones. Pero... ¿es la mejor elección?

Colisión de mundos

Todo se está derrumbando. Has mantenido en la cuerda floja una doble vida demasiado tiempo; ahora te has resbalado y las dos han chocado, sin que tú pudieras hacer nada para impedirlo.  Tus secretos están expuestos. Todo lo que con tanto afán intentaste ocultar. Todo lo que creías que el mundo no podría entender. Todo cuanto tú sentías que nunca estarías preparado para revelar. No importa lo que hiciste, ni por qué; la principal cuestión en este momento es: ¿qué harás con este choque de mundos, este choque de realidades? Porque lo que hagas ahora determinará el curso de lo demás.

Cacofonía

« Al principio eran los gritos. Discusiones acaloradas que hacían retumbar suelo y paredes; improperios lanzados al aire desde una u otra boca y que llenaban la noche con su crueldad y odio subyacentes. Luego se hacía el silencio. Un silencio tenso y desolador que cubría el resto de sonidos como si éstos no existiesen. Un silencio atronador que se clavaba cual afilada aguja en lo más hondo, helando hasta el tuétano de los huesos de los desafortunados testigos. A continuación, el eco apagado de unos pasos. Unas pisadas lentas y lánguidas que resonaban en cada roce con el parqué. Después, el chirrido de las bisagras de una puerta al abrirse y el consiguiente portazo al cerrarse. Entonces venían los sollozos. Chillidos que hacían esfumarse todo resto de humanidad que quedara en la casa. Las lágrimas que se derramaban parecían repicar al contacto con el suelo; los lamentos que se escuchaban eran aullidos de ultratumba: la tristeza y amargura de una mujer que quería morir ».

El rostro del mal

Cuando la gente piensa en el mal,  Piensa en algo feo, odioso... antinatural.  *     *     *     *     * Dicen que puede saberse  si una persona es buena o mala  solamente con mirarle  fijamente a la cara.  *     *     *     *     * Dicen que nadie es puramente malvado:  Aunque tampoco nadie es un ángel; Es difícil ser completamente honrado. Como todos saben, la maldad se hace, no nace.  *     *     *     *     * Existe, sin embargo, la maldad camuflada de inocencia;  ésa es la peor de todas las herencias.  El rostro de la bondad e ingenuidad más pura;  Tan solo una máscara que cubre el alma más oscura. *     *     *     *     * Si algo quieres ocultar o proteger,  Ojo con aquellos a quiénes revelas tus secretos, Ten certeza de que no se van a corromper, Pues hay muchos lobos camuflados de corderos.