Como una veleta
Giras y giras sin parar, como una veleta. Al capricho de otros, los vientos, te mueves de un sentido al otro sin descanso. Siempre sometido, siempre traicionado; sin nunca conseguir lo que quieres, lo que necesitas. Siempre esperando que sean los otros los que te muevan.
«Y... ¿por qué?» Te preguntas.
Porque no sabes otra forma de vivir.
Porque siempre has esperado a que sean los demás los que tomen las decisiones por ti.
Porque nunca te has planteado alternativas y rehúsas considerar siquiera ponerte de huelga y decir... ¡Hasta aquí! ¡Esto es el colmo!
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