Las pequeñas cosas

Levantarse de madrugada y observar cómo amanece desde la ventana.
Desayunar crepes notando como el azúcar se deshace en la punta de la lengua. 
Jugar con una mascota cuya mirada brilla con intensidad.
Pintar un cuadro y armonizar tonos, expresando sentimientos escondidos en lo más profundo del alma humana.
Escribir una historia, elaborar personajes y tramas con las millones de posibilidades que pueden tener lugar. 
Ver una película con una persona de la que se está distanciado y disfrutar cada momento con su agradable compañía. 
Pasear por la calle en esos breves instantes entre el atardecer y la noche cerrada; ser una sombra más en ese mundo de penumbra y deleitarse con la brisa vespertina.
Cenar en familia, tratando de olvidar las disputas y rencillas con el resto de miembros;  distraerse en una relajada conversación sin importancia. 
Acostarse por la noche con una sonrisa en los labios y soñar con vuelos a la luz de la luna con destino a lugares exóticos: vírgenes paraísos aún por descubrir.
...Es cierto lo que dicen: la felicidad está en las pequeñas cosas.

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