Con uñas y dientes

Cuando te sientes amenazado, cuando alguien hace daño a personas que te importan, reaccionas instintivamente. Tu adrenalina toma el control y tú te repliegas a lo más profundo, mientras ese animal que subyace bajo la superficie crece y se hace más fuerte. 
Él es el sistema de defensa, esa oscuridad interior que toma forma de bestia: una bestia dispuesta a defender lo suyo con uñas y dientes. 
Y pobre del imbécil que se atreva a interponerse.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lucero del alba

Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja

Déjame en paz, futuro