Un silencio vale más que mil palabras

Precisamos de esos momentos en los que todo cuanto nos rodea es silencio. Porque siempre hay gente a nuestro alrededor, personas que hablan más de la cuenta y nunca saben estar calladas. Ese tipo de gente que nos atrapa, que nos mantiene prisioneros de un rumor interminable, de una cadena de palabras y frases que nos envuelven hasta dejarnos sin respiración. 
Y sentimos agobio, estrés: tenemos ganas de huir, de alejarnos de todo ser viviente y escapar a un paraíso virgen que no haya sido mancillado por el ser humano. Nos embarga una sensación extraña, un placer culpable por anhelar con tanto frenesí un destino alejado de la sociedad que nos ha criado y que tan hábilmente ha moldeado nuestras mentes. Pero sólo es un breve instante. 
Quien pudiera escapar de verdad, hacer frente a miedos y vicisitudes y dar un paso hacia la libertad: el placer supremo, la cumbre que todo ser humano debería soñar con alcanzar. 

Comentarios

  1. Qué curioso, justo esta mañana me ha pasado, así que me siento más identificado que nunca.
    Por otro lado, me has hecho pensar respecto a lo de la libertad como cumbre, y es que es verdad que la potencialidad de hacer cualquier cosa que quiera es lo máximo a lo que puede aspirar una persona.
    Un saludo y sigue así :D

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