Ya sabes lo que hay
Llevo toda mi vida siendo un puzzle incompleto, un rompecabezas cuyas piezas no encajaban unas con otras, tan desiguales que se hacía imposible tratar de mantenerlas unidas. No existía un camino claro para mí, ignoraba cómo seguir andando cuando mi destino se me antojaba tan sumamente lejano y confuso, tan falto de ambiciones y esperanzas que pudieran espolear mis pasos. Todo cuanto había en mi interior era miedo, un temor enorme a no llegar nunca a comprender los recovecos de mi propia mente y la compleja maraña de pensamientos que se entreveran en ella. Pasé mucho tiempo en esta oscuridad, en esta confusión: entonces llegaste tú. Día y noche, sol y luna, fuego y hielo, luz y oscuridad. Somos polos opuestos, caras contrarias de una misma moneda. Nos desarrollamos de modo similar, pese a que nuestras personalidades crecieron de modo distinto. Tú eres fortaleza, yo debilidad. Eres todo lo opuesto a mí, y, sin embargo, me aceptas y te importo más que a ...